Cabalgando hacia la muerte. Matías tomás. print, tinta, 2021

                                   

Artistas: Ennisofía Salmela, Antonella Aparicio, Matías Tomás.

Textos: Amalia Boselli, María Mines y Gaspar Núñez.

Año 2023. Tucumán, Argentina

Editorial Metralleta

http://www.edicionesmetralleta.wordpress.com

N°55. Derechos en trámite. 

Edición: Antonella Aparicio 

Encuadernados: Ennisofía Salmela

aparicio.antonella@gmail.com 

                Hombre bajo palmera. Matías Tomás.2022

soy estos días, soy indio, soy musulmán, soy piel amarilla, soy grano, soy miga de pan, soy tucán, soy escucha, soy ciega, soy limítrofe, soy yo, soy el árbol que plantastes.

En esos días en que todos tomamos decisiones intrascendentes o importantes,

yo decidí vivir arriba del árbol, no de uno solo, era nómade iba variando de árboles.

Me quedaba todo el día arriba, observando, en la punta de una rama al filo del borde, de dejarme caer,

pero no sé en que insecto me convertí,

bueno no muté en uno de ellos, sino que me hice uno de ellos, me hice de su grupo,

algo como un nuevo amigo,

medio raro, pero me aceptaron la mayoría de ellos, y los que no… ni me dieron bola.

Como las hormigas,

subían al árbol a buscar una florcita muy dulce que había brotado,

pero ni se inmutaban con mi presencia, seguían sus labores como siempre, ellas son increíbles,

de ser por ellas seguiríamos todos en el sistema feudal.

-Capitaloceno! me gritabas desde un barco en medio del Paraná,

y yo te escuchaba porque mi percepción sonora aumentaba como la de los insectos,

pero vos no me escuchabas a mi y te gritaba que te amaba!

Amalia Bosellii, Bs.As.,2023.

                               La muerte, peces. Matías Tomás, 2022

                           Marrón. Matías Tomás, 2022.

  

norma y forma

                  Gaspar Núñez

El palíndromo es una palabra o expresión idéntica de izquierda a derecha que de derecha a izquierda. Si estamos frente a un espejo, el palíndromo puede leerse sin problemas en su reflejo como en la superficie en que fue escrita. La mínima extensión posible de un palíndromo son tres letras: un principio, un fin y una bisagra en que los extremos rotan sobre su eje. La sigla SMS es un palíndromo mínimo, irreductible por no tener más que tres partes; pero, si osáramos fraccionarlo, a su vez, cada letra es en sí misma un palíndromo: ESE-EME-ESE. Como una partícula elemental que inocula su carga genética a las partículas subordinadas.

Esta estructura triangular y especular por igual se da cuando en 2005 Javier Juárez realiza su obra SMS: tres pantallas pequeñas interconectadas que reproducían los mensajes de texto de tres conversaciones. Con cada mensaje que ingresaba sonaba el ringtone del tema Prohibido de Callejeros en un altavoz, según la pantalla, sonido que se iba yuxtaponiéndo intermitentemente en el silencio de la sala. El artista mantenía conversación con tres mujeres en simultáneo: María S, María M y María J. Las tres Marías que guían el recorrido de Javier: sus respuestas tácitas en las pantallas. Una especie de POV abierto al público. Todo el artefacto era de una tecnología low-fi, precaria para la época.

Low-fi se traduce como de “baja calidad”, pero en realidad sería: baja fidelidad, lo que refiere a cierto grado o capacidad de reproducción, aunque deficitaria, una baja-mímesis.

Javier reproduce sus mensajes, raciona y regula su intimidad, reparte sus afectos.

Aquella estructura de reproducción triple es propia del conceptualismo. Sin duda, estoy pensando en Una y tres sillas de Kosuth, pero también en un antecedente: Las palabras y las imágenes de Magritte, 1929. Esa capacidad de fidelidad mimética, esa intención de decir tres veces lo mismo está en SMS.

En una Revista del Instituto de Investigaciones Estéticas, Jorge Figueroa escribió: «La repetición es una función fundamental de lo verosímil. La repetición es casi sinónimo de información, y de este modo adquiere su plenitud con el arte conceptual. Se pretende que el receptor fije y retenga una información. Repetición: reproducción es igual a repetición. Conceptualismo es información, información es repetición», dice.

Él asocia la repetición a la asimilación de la información. Y creo que ciertas obras apelan a la literalidad, la tautología, en fin, a la reproducción o reiteración por una voluntad netamente pedagógica, para que se “fije y retenga la información”. Piensan al museo como una escuela, a la exposición como una instancia explicativa, al público como un tribunal. La reiteración facilita la asimilación del conocimiento y la aprehensión de las ideas, por eso les docentes repiten los contenidos en clase y preguntan: ¿se entiende?

No digo que SMS de Javier sea voluntariamente pedagógica, sino conscientemente conceptual e inconscientemente didáctica, educativa. Sintomáticamente formativa.

Pero quiero escribir y detenerme en esto: en marzo de 2006, el Museo Provincial de Tucumán organizó una muestra homenaje a Salas y en abril de 2008, se hizo una retrospectiva de Dumit. En ambas oportunidades el director de Artes Plásticas Alfredo Pécastaing-Guérineau escribió para los respectivos catálogos.

A la semana de inaugurada la muestra de Dumit, un grupo de artistas hizo una presentación formal solicitando la renuncia del director acusándolo de “autoplagio”. Alguien se había percatado de que dos textos idénticos y bajo la misma firma circularon con diferencia de dos años y dedicados a artistas desiguales. En su defensa, el director dijo que “a veces uno escribe tanto que termina repitiéndose. Es un error cometido sin ninguna mala intención. Sí… sí, claro que a eso lo escribí yo. Lo hice sin querer.”

Pécastaing-Guérineau escribió su texto luego de haber vivido el boom de la mensajería instantánea, de haber visto la automatización del procesamiento y almacenamiento de la información con las computadoras, en un momento de fuerte discusión sobre el copyright y la autoría. Pero, sobre todo, luego de haber compartido largas tardes de oficina en que sonaba una y otra vez el ringtone de Prohibido y luego de haber visto a Javier recibir el premio Chandon por su obra SMS. Pécastaing-Guérineau copió y pegó su texto, habiendo aprendido que es una operación posible en y para el arte. Mandó a imprimir el mismo elogio de admiración y amistad desmedida para Salas que para Dumit, de igual forma que Javier chatea y reenvía sus caricias por triplicado y luego las exhibe.

No digo que la escritura de Pécastaing-Guérineau sea voluntariamente apropiacionista o conscientemente conceptual, sino sintomáticamente reiterativa, inconscientemente transgresora.

Las obras nos educan cuando permanecen, cuando se mantienen exhibidas por largo rato o cuando se hospedan en nuestra retina; de esa forma el arte puede modificar el futuro: al permanecer, al repetirse en los días. El arte modifica el futuro gradualmente, por aprendizaje, a lo largo de los años; la política puede torcer el futuro de forma instantánea mediante decretos y leyes.

Para nosotres, en nuestra escena, Tucumán tiene un caso ejemplar de esta manera artística de dar forma al futuro desde el arte y la educación: el Taller C. Que ha sabido permanecer, sostenerse en los días y las semanas y los meses y los años y los lustros y las décadas. Sabemos que existe una norma y existe una excepción. Todes hablan la norma: la cultura, la política, la universidad, los cigarrillos, la televisión, el trabajo y también el ocio, el mientras tanto, el día a día. Taller C es sin duda una excepción. La norma es querer dar fin a la excepción.

La excepción es siempre más débil que la norma. Porque encuentra su fortalecimiento por medio de la repetición, capacidad que define y que pertenece a la norma. La excepción debe investir esa cualidad sin descuidar ni dejar de reinventar su peculiaridad excepcional. No puede sólo repetir, sino identificar lo variable en las constantes. Taller C encuentra su fortaleza al tener una estructura elemental triádica. El triángulo es la figura de mayor estabilidad, aunque en este caso responde a lo inestable de la excepción. 

Hoy, en estas semanas y meses y años, la norma (cierta cultura, cierta universidad, cierta política) intenta ablandar la estructura elemental y triangular de Taller C mediante la especulación con cláusulas y decretos, como una voluntad política de desmantelamiento.

Nos toca repensar los modos para incidir en la norma de la cultura, como sucedió con el director de artes plásticas ante SMS. Para ablandar la cultura ante el arte y no al revés.

Referencias

Javier Juarez. “SMS”, instalación. 2005.

René Magritte. “Les mots et les images”, tinta y lápiz sobre papel. 1929.

Josep Kosuth. “Una y tres sillas”, instalación. 1965.

Luis Kamnitser. “El Museo es una Escuela: el artista aprende a comunicarse, el público aprende a hacer conexiones”, instalación. 2009.

Ernst Gombrich. «Norma y forma. Las categorías estilísticas de la historia del arte y sus orígenes en los ideales renacentistas”, en Norma y forma: estudios sobre el arte del Renacimiento I. Madrid: Debate, 2000.

Ana Claudia García. “Visibilidad y miradas. Reflexiones acerca de los procesos de tecnologización en la era informacional y su impacto en el imaginario”, en Magma Rivista Internazionale di Scienze Umane e Sociali Vol 8, n3, 2010. [En línea]

Jorge Figueroa. “La repetición en la posmodernidad”, en Revista del Instituto de Investigaciones Estéticas n2, Facultad de Artes UNT, 1991.

Alfredo Pécastaing-Guérineau. “Reflexiones sobre un maestro: Ernesto Dumit”, en catálogo de El erotismo y la muerte, muestra curada por Silvia Agüero. Museo Provincial de Bellas Artes «Timoteo Navarro». Tucumán, abril-mayo de 2008.

Anónimo. “El director de Artes Plásticas copió el mismo catálogo para dos artistas”. Diario La Gaceta, Tucumán, 15 de abril de 2008.

Gaspar Núñez. “Uno y dos textos de Alfredo Pécastaing-Guérineau. Estilo, plagio e identidad ready-made en polémica.” Inédito. 2023.

Boris Groys. “Trabajadores del arte. Entre la utopía y el archivo”, en Volverse público. Las transformaciones del arte en el ágora contemporánea. Buenos Aires: Caja Negra, 2014.

Jean-Luc Godard. “Yo te saludo, Sarajevo”. Ensayo en videoarte, 1993.

Pensamientos emergentes cuando el fascimo golpea la puerta

María Mines

¿Te sorprendió que el outsider Javier Milei haya ganado las PASO presidenciales? Probablemente la respuesta sea “sí”, como me sorprendió a mí o a la mayoría de las personas que, sin importar el soporte con el que lleguen a este contenido, forman parte de un sector de la sociedad argentina que encontraba en Milei a un payaso mediático violento, neoliberal, facho y misógino, cuyas propuestas económicas daban cuenta de un piso de inconsistencia y de ignorancia tan apabullantes que no lo contemplamos como una posible amenaza. Además, a sus candidatos en las provincias les fue tan mal que pusimos toda nuestras expectativas en dirimir estrategias entre las rancias propuestas de nuestro desvencijado establishment político. Sin embargo, los discursos montados contra “la casta”, el individualismo asociado a la meritocracia y al mercado financiero, el ridículo plan de dolarizar la economía y reducir el Estado a su mínima expresión y plebiscitar la IVE -entre otras barbaridades- funcionaron como petardos sonoros altamente resonantes en diversos sectores sociales, entre ellos, los populares y los de las juventudes, a quienes, en principio, supo captar a través de una sostenida campaña en redes sociales.

El argumento unánime de lxs votantes es el agotamiento por la irrefrenable economía inflacionaria asociada a la permanente devaluación del peso respecto al dólar y, por lo tanto, a una constante y sostenida pérdida adquisitiva. No obstante, este descontento y agobio por la situación actual no es patrimonio de lxs simpatizantes de Milei únicamente; todxs estamos agotadxs. Ahora, si bien para entender las razones que le dieron a Milei la entidad necesaria para que constituya en su propuesta una alternativa electoral “del pueblo” es necesario un minucioso estudio enfocado desde diferentes perspectivas de análisis y campos del conocimiento social, económico y político sub-explicado por especialistas. Sin embargo, recientemente vi un registro audiovisual de una conferencia que dio hace varios años Gene Youngblood, llamada Secesión del Broadcast: Internet y la crisis del control social, y no pude evitar relacionarlo con el fenómeno Milei. 

Youngblood presenta un análisis espeluznante del momento histórico que atravesamos al señalar que vivimos en un tipo de control social llamado totalitarismo invertido (concepto desarrollado por Sheldon Wolin), que se configura a partir de la ascendencia política del poder corporativo en relación simbiótica con el poder estatal confinado al sector privado; la corporación se fue volviendo más política y el Estado se fue orientando más al mercado. Al respecto, entonces, el autor señala que la economía, históricamente subordinada a la política, ahora domina la política trayendo aparejado consigo nuevas formas de control social a través de su principal herramienta; el broadcast. Éste se basa en controlar la construcción social de la realidad, es decir, controla los contextos en los cuales las realidades se construyen socialmente y se afirman culturalmente; el contexto es todo, todo es contexto.Sin embargo, el broadcast funciona solo si existe una “audiencia nacional” oyéndolo; todos los días nos entregamos a él de diferentes formas y en distintos momentos: cuando consumimos Netflix o vemos videos en Tik Tok o Instagram (Youngblood, 2012).

A su vez, Youngblood indica que el totalitarismo invertido agotó y vació de sentido a la democracia; sus instituciones han hecho metástasis en algo peligroso, porque se han fusionado con el neoliberalismo en un organismo para consolidar el poder y maximizar los beneficios de la economía política del broadcast, cuya funcionalidad beneficia a la clase dominante transnacional, de esta fase del capitalismo, a través del Banco Mundial, del FMI, de la Organización Mundial del Comercio y, entre otros, de Wall Street para constituir un complejo militar industrial que no sólo aumenta la brecha social de pobreza sino que, además, alimenta un cada vez menos lejano ecocidio mediante la crisis climática desatada por el avance del calentamiento global.

Está claro que las ideas que envuelven y materializan el totalitarismo invertido resuenan de algún modo en las propuestas de Milei. Incluso, sabemos que entre sus barbaridades se pronuncia como un auténtico negacionista del calentamiento global. No obstante, Youngblood señala que aún estamos a tiempo de rebelarnos a través de una secesión del broadcast y una contracultura; la crisis ecosocial y la crisis de la democracia son sistémicas y exigen una transformación de raíz, pues, en efecto, estamos cada vez más cerca de un punto sin retorno de un verdadero ecocidio; el capitalismo rapaz que impulsa todo esto solamente puede empujar hacia delante. Antes era fácil imaginarse el fin del mundo sin el capitalismo, ahora sólo nos imaginamos el fin del capitalismo al imaginarnos el fin del mundo (Youngblood, 2012). En esta línea, y de cara a las elecciones presidenciales, me permito ensayar  (al menos preliminarmente) las siguientes preguntas; ¿las artes actualmente habilitan reflexiones contraculturales?, ¿para quiénes? ¿Crees que es posible asociar la secesión del broadcast a los circuitos del arte contemporáneo cuando éste se enmarca en un mercado de consumo capitalista?

Referencias:

Youngblood, G. (2012). Secesión del Broadcast: Internet y la crisis del control social. URL: https://vimeo.com/110472256 

***